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Que es un didgeridoo

Un didgeridoo es un tubo hueco de entre 100 cm – 200 cm de longitud. Se encuentra de forma natural en los troncos de eucalipto perforados por termitas a los que se aplica una «boquilla» de cera de abeja en un extremo para adaptarlo a la boca del player facilitando su sellado y canalización del aire. Musicalmente hablamos de un aerófono cerrado (un extremo cerrado por donde soplamos y otro abierto)

Las termitas NO son hormigas, de hecho están más relacionadas con las cucarachas y suelen vivir en colmenas amontonadas en la superficie alimentándose de madera. Las termitas Coptotermes acinaciformis en cambio, anidan en los huecos de ciertos árboles royéndolos por dentro y llenando el vacío con su materia fecal.

https://www.aboriginalart.com.au/didgeridoo/creation.html

Debido a su simplicidad, el didgeridoo solo contiene una nota, aunque al ser un instrumento orgánico (influye directamente la anatomía del player) según la presión de aire y articulación bucal se pueden conseguir un amplio rango de tonalidades, incluyendo quintas u octavas.

La nota va directamente relacionada con la longitud y el diámetro del tubo, cuanto más largo, más grave. Mayor longitud de onda, menor frecuencia. Aunque en la siguiente entrada hablaremos de física, si quieres saber más sobre esta relación, echa un vistazo aquí.

La columna de aire determina el tono y rango del palo. Las características de la madera u otro material, influyen directamente con la resonancia. Materiales de alta densidad resuenan con fuerza y de forma dinámica, mientras que los materiales menos densos, provocan una vibración más suave y menos canalizada. Ninguna es mejor, solo cambian los estilos.

Partes del didgeridoo

El estilo de un didgeridoo y del player, se definen por la longitud del palo y su diámetro, tanto de entrada (boca) como de salida (campana).

Boca:

  • El diámetro de la boquilla es lo primero que vemos. Una entrada estrecha nos permite controlar la presión de salida facilitando así la vibración del instrumento pero limitando el rango de movimiento labial. Existen boquillas más largas y cónicas ofreciendo así un rango más amplio en cuanto al estilo, pero requieren también de técnicas avanzadas para sacarle todo el jugo. Pueden ser de madera, de resina o de cera de abeja (en los palos tradicionales esta puede ser negra procedente de la abeja trigueña, autóctona del lugar, también conocida como abeja de azúcar)

La boquilla del didgeridoo permite que la boca sea parte activa en la modulación del timbre haciendo esta de caja de resonancia. Aun así, su forma afecta directamente a la impedancia del chorro de aire y la presión a la que es expulsado, si estás empezando una boquilla estrecha facilitara la presión labial que debes ejercer.

Cuerpo:

  • La forma del palo por fuera no afecta nada a como será su sonido, pero nos interesa la longitud de éste, así como su diámetro interno. Podemos encontrar didgeridoos rectos, cónicos, espirales y cuadrados. Los cuadrados y espirales tienen la particularidad de ser idóneos para el transporte pues ocupan poco espacio, y la campana puede estar orientada hacia el mismo player, que para aprender esta muy bien, pues cuesta escucharse a uno mismo.
  • Sobre las formas no hablaremos mucho, puesto que hay didgeridoos hasta con forma de dragón. Pero intentaremos puntualizar las mayores particularidades. El cuerpo del palo internamente puede ser cónico o cilíndrico.
    • Un didj cónico tiende a ensancharse progresivamente desde la boquilla hasta el final. Suelen caracterizarse por su potencia y la respuesta que ofrecen, además los «toots» aparecen más fácilmente. Esto último va relaciona con la longitud de onda y los armónicos del palo.
    • Un didj cilíndrico es más rico en graves, los sonidos vocales se proyectan con facilidad, pero requieren una mayor fluidez de aire y los «toots» son más difíciles de conseguir. Aquí es más sencillo predecir los armónicos que conservan el patrón de 1º, 3º, 5º, 7º

Campana:

  • El diámetro de la campana nos sirve para dirigir el sonido más efectivamente, su amplitud afecta al sonido ligeramente, pero no deja de ser algo más estético que práctico.
    Una campana muy grande puede enturbiar el sonido y la claridad del rango de tonos.
    Una campana fina vibra más, agudizando el tono, pero también es el punto de apoyo con el suelo así que precisa robustez.
  • Un didgeridoo perfectamente cónico, no tiene campana, la campana se da cuando hay un cambio drástico en el ángulo de salida, de ahí que su importancia en cuanto a la acústica es mínima. 

Tipos de didgeridoo

Podemos catalogar los didgeridoos por estructura y material, dejando aparte los naturales u originales.

Naturales:

  • Eucalipto: Se consideran estos los didgeridoos por excelencia, han sido perforados naturalmente por termitas creando un patrón inimitable. Entre las variedades existentes, los yidaki y mago son los más populares. Al resto les llamamos didgeridoo.
    Una característica importante a saber es que los yidaki no están barnizados, esto se debe a que no lo necesitan, son usados hasta que se agrietan y necesitan reemplazarlos. También hay quien prefiere el sonido rasposo sin alterar. En esos casos el cuidado debe ser periódico, cada cierto tiempo aplicando una capa de aceites naturales por la parte de fuera, hidratando así la madera. Las pinturas que los adornan son de ocre, y con el tiempo se van desgastando, puede tratar de conservarse aplicando una fina capa de barniz natural. Hoy en día es posible adquirir un Yidaki o un Mago, en un rango de precios desde los 400€ a los 800€ o incluso los 1500€

Existen más de 500 especies de Eucalipto en el mundo pero no todas son adecuadas para fabricar didges. En Australia un 25% de la masa arbórea consiste en troncos huecos propiciando una explotación forestal dedicada a talar media hectárea de estas plantaciones, un cuarto de las cuales serán con fines lucrativos (Australia exporta unos 500.000 didges al año, principalmente con fines ornamentales o souvenirs turísticos). Esto causa un evidente daño medioambiental en cuanto al nicho ecológico de termitas y pájaros que basan su hábitat en el ecosistema de estos bosques. Muchos de ellos son vendidos a posteriori como yidakis genuinos, contribuyendo no solo a una mala calidad de estos palos sino degradando la ética y cultura de la etnia aborigen.

Originales:

  • Bambú: Aunque su origen también es natural y original, necesitamos vaciar los diafragmas del bambú para obtener el resultado final. Esto se hace con brasas candentes o perforando con con una vara. Si no están tratados tienden a agrietarse, pues absorben mucha humedad. El sonido es bueno y son ligeros, una buena opción si estás empezando.
    Se encuentran por 15€ – 20€

Artesanales:

  • Madera: Existen dos maneras de obtener un didgeridoo a partir de una viga de madera longitudinalmente; por perforación o por corte. El perforado permite tener un didgeridoo sin juntas, macizo pero dificulta el trabajo interno. El vaciado simétrico de ambas partes y encolado posterior (sandwich) ofrece al lutier un gran abanico de variables que dotan al didgeridoo con su firma personal.
    De los tipos de madera no vamos a hablar mucho, cada una tiene unas características de pigmentación y porosidad, aportando valores estéticos y acústicos, según la densidad de esta madera y su acabado (barniz).
    Los precios varían según la complejidad del proceso de fabricación, los materiales utilizados y, claro está, el renombre del lutier y la exclusividad que busque.
    Se pueden encontrar por 100€ y llegar hasta los 2000€
  • Agave o Pita: Durante un tiempo se extendió mucho este tipo de didgeridoo. Su obtención es bastante sencilla y los acabados dan buenos resultados. Se pueden obtener por vaciado (la carne interior es muy tierna) o con el método de sandwich. Si están bien acabados resultan un producto llamativo y ligero, con un sonido aceptable.
    Precios: 50€ – 200€
  • Fibra: Podrían considerarse industriales, debido a la producción a base de moldes, pero eso sería injusto para el trabajo artesanal previo, que no reside en el didgeridoo final, sino en su molde. Los didgeridoos de fibra de vidrio o fibra de carbono, son muy ligeros, difíciles de romper, y se pueden encontrar desmontables o extensibles.
    Son una solución muy extendida entre músicos ambulantes que buscan una calidad aceptable a un precio asequible y versatilidad de transporte.
    Los precios suelen estar entre los 200€ y 400€ pudiendo ser fácilmente customizables.
  • Cáñamo: El proceso de fabricación precisa primero de la elaboración de la pasta de cáñamo y seguidamente el vertido en un molde. Una vez se ha extraído toda la humedad presente, el resultado es un material resistente y ligero. Similar a la fibra de vidrio, pero sin un impacto negativo en el medio ambiente.
    Los precios son más elevados respecto a sus vecinos de fibra debido a su difícil obtención y la escasez de artesanos, alrededor de 1000€
  • Cristal de Cuarzo: Son una rareza, debido a su fragilidad. Están fabricados en un 80% de sílice y su propósito principalmente es la meditación, los masajes sonoros o la musicoterapia. Son fáciles de tocar, pero poco versátiles.
    Los precios rondan los 600€ – 700€

Industriales:

  • Plástico: Existen marcas que producen diferentes modelos de didgeridoo, con distintas formas y colores. Son muy agradecidos de tocar a nivel de principiante pero carecen de riqueza sonora.
    Su punto fuerte está en el precio y en la facilidad de hacerlos sonar.
    Los precios van entre los 10€ y los 30€

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