La llegada del «hombre blanco» a Australia supuso un final para la prosperidad de la cultura autóctona y aunque este hecho genera un sinfín de artículos para memorar tal súbita reducción, no es nuestro propósito.
Sí que lo es, en cambio, hablar sobre cómo acontecieron ciertos hechos para dar cabida a la concepción moderna de este instrumento.
Y empezaremos nombrando a Collet Barko, para intentar esclarecer la etimología onomatopéyica del término DIDGERIDOO.
La palabra didgeridoo se presenta en diccionarios por primera vez en 1919, pero su conocimiento se remonta unos 90 años antes:
Collet Barko, comandante inglés en el asentimiento del fuerte Wellington en la península de Coburg, fue uno de los pioneros en hacer cambios de perspectiva hacia los aborígenes, mostrando curiosidad y respeto, documentando sus exploraciones. Despues de algunas incursiones entre el fuerte y algun campamento nativo cercano, estableció relación con algunos de los indígenas.
En cierta ocasión, el 29 de Enero 1829, dos nativos Mago y Alobo, devolvieron la visita al fuerte Wellington acompañados de sus instrumentos, probablemente la primera vez que europeos escuchaban el didgeridoo¹.
Collert Barko cita en su diario:
Mago had brought a kind of musical instrument, a large hollow cane about 3 feet long bent at one end. From [this] he produced two or three low & tolerably clear & loud notes, answering to the tune of didoggerry whoan, & he accompanied Alobo with this while he sang his treble...
Referencia
«didogerry whoan» siendo didogerry el sonido, la onomatopeya, y whoan un jadeo.
Simplemente adoptaron el nombre de los propios colonos ingleses al referirse a la caña de bambú
La extensión del lenguaje prosigue no en línea recta sino paralelamente, creando las dos corrientes más conocidas, por una parte, la versión de bambú «mago» y onomatopeya característica de Didgeridoo y, por otro lado, en el norte de Australia donde el bambú no prolifera tanto, pero parece ser que las trampas eran similares aunque de otros materiales:
Walter Edmund Roth, ya sugiere esta teoría en que las trampas para emus fueron las predecesoras del didgeridoo:
Habiéndose encontrado troncos huecos cerca de antiguas trampas para emus, al norte de Queensland, y relacionando este hecho con la leyenda de los nativos de la zona, en la que cuentan que se usaba para imitar el canto de los casuarios y lo llamaban yiki-yiki, antes de ser un instrumento sagrado. Curiosamente, la palabra yiki-yiki o yiraki (yidaki) significa «garganta de emú» y em Groote Eylandt, la palabra usada para didgeridoo es yiraga, que significa garganta, y no hay emus en esa isla.
Walter Edmund Roth- https://trove.nla.gov.au/work/11304318