Instrumento orgánico
Antes de hablar del sonido, puesto que es un instrumento de viento orgánico, hablemos sobre la respiración.
El didgeridoo actúa como un amplificador, así que imagínate el didgeridoo desde donde empieza, que es en el fondo de tus pulmones. Cuando exhalas, el aire pasa por tus cuerdas vocales, haciéndolas vibrar, produciendo una longitud de onda a través de la tráquea hasta llegar a la glotis, la cual permite u obstruye su paso, resonando en la cavidad bucal y siendo modulada por la posición de los labios y la lengua. Al pasar por el didgeridoo, simplemente se amplifica resonando con el palo, creando otra onda estacionaria. Bueno, no es simple, pero la práctica es fácil. Para tocar correctamente el didgeridoo, debemos saber coordinar todos estos elementos de forma que nos permita respirar normal, sin respiración circular.
Voz y didgeridoo
Tal vez, entender como funciona la voz te ayude.
Nuestras cuerdas vocales controlan la salida de aire, generando una frecuencia, la cual se modula en la glotis, golpea en la cavidad bucal, generando armónicos, donde se completa y se expulsa de forma audible. Si careciéramos de cavidad bucal, no existiría una resonancia y nuestra voz sería inaudible. Por eso la magia del didgeridoo, el aire que inicia el pulso, genera ondas estacionarias hacia la tráquea y hacia la campana al mismo tiempo. Pero deben ser sinusoidales para que sea un sonido y no un ruido, ahí entra la respiración circular, pero antes domina el diafragma.
Es muy importante dominar la respiración usando el diafragma, antes de dominar la temida respiración circular. Conocer nuestro cuerpo y tocar de una manera relajada evitará problemas de postura y posibles mareos por una mala gestión del aire. Así que, relájate y procura respirar lentamente atendiendo al diafragma.
Para sentir el diafragma y los golpes de aire que este produce, prueba de reír.
Al reír, expulsamos aire empujándolo desde el diafragma.
La glotis también tiene un papel importante, al abrir y cerrar, interrumpiendo el paso del aire.
Bien, ahora pasemos a la boca, la cavidad bucal es nuestra caja de resonancia al hablar, pero al tocar un didgeridoo, esta cavidad pasa a ser un segmento interior a modo de extensión de la tráquea, donde podemos modular el aire que expulsamos.
Los labios actúan como las cuerdas vocales, vibrando y cambiando la presión del aire canalizado según su tensión. Es decir, tocando el didgeridoo tenemos la campana que amplifica y orienta el sonido, el palo que es la caja de resonancia, la boca + labios que emiten el sonido al vibrar, la glotis, que nos permite cerrar el paso de aire de los pulmones, las cuerdas vocales que podremos usar (o no), y el diafragma, que es quien se encarga de empujar esa salida de aire. Si has leído la entrada anterior, sabrás que esto es aún más complejo.